Desde épocas muy antiguas, los habitantes de nuestro planeta, buscaban distraerse de diferentes maneras; es así, que en Cajamarca, tenemos según información obtenida por los esposos Paulette y Henry Reichlen, el juego preincaico, conocida como “La Chunga”.
Es un juego infantil, que se utilizó según las crónicas escritas desde épocas precolombinas en todo el ámbito geográfico del Imperio Incaico y principalmente en la influencia de los Caxamarcas. Actualmente, todavía está considerado como un juego principal de los pobladores que habitan las zonas rurales o altoandinas de Cajamarca.
“Chunga”, es una palabra que viene directamente del quechua que tiene como significado el número 10. Pero, los niños mestizos de Cajamarca, de lengua española, ignoran el origen y el verdadero significado de un término que no corresponde aparentemente, a una cuenta del juego. Es así que encontramos en los escritos de Garcilaso las razones del empleo de esta palabra en un caso aparentemente inapropiado, afirmando “porque llaman chunga a cualquier juego, por que todos se cuentan por números, y porque todos los números se van a parar al deceno. Tomaron el número 10 por el juego; y para decir contemos por dieces o por números que es jugar. Esto he dicho para que se vea en cuan diversas significaciones se sirven aquellos indios de un mismo vocablo; por lo cual es muy dificultoso alcanzar de raíz las propiedades de aquel lenguaje” (Garcilazo, pág. 118).
Para jugar a “La Chunga”, se juntan entre dos o más niñas, con frijoles de colores, de los cuales siempre deben tener una provisión. Cada jugador elige su mico -el frijol más grande y de colores raros, para poderlo diferenciar de los demás- y una docena de tono uniforme (distinto para cada niña). Cuando cada niña ha elegido empieza el juego.
Según los escritos de Reichlen en el Folklore Americano (Contribución al estudio de los juegos en Cajamarca), sustenta que “Las jugadoras se sientan en el suelo, con las piernas cruzadas, (como los sastres). Una de ellas coge juntos su mico y sus 12 frijoles (13 en total), extiende la mano, con la palma hacia arriba y, con un movimiento rápido, lanza los frijoles al aire, y da vuelta rápidamente a la mano para que los frijoles caigan en el dorso de la misma. Los vuelve a tirar nuevamente para recibirlos en la palma. Se cuentan entonces los frijoles que hayan escapado a la chunga (acción de recibir sobre el dorso y la palma de la mano) y les toca el turno a las otras jugadoras para chungar” (Folklore Americano, 1968, pág. 88)
Admitamos que están jugando tres niñas. Por lo tanto, la que haya dejado escapar menos frijoles, cogerá los 26 frijoles de las niñas que hayan perdido más los 13 que le pertenecen, y los pondrá a todas en su mano para comenzar de nuevo a chungar. Aquí viene lo más difícil del juego, ya que después de haber hecho la chunga, no deben quedar en la palma sino los frijoles caídos durante la chunga, hasta que un frijol intruso (que no le pertenece) haya vuelto a caer en su mano, lo que le hace perder el juego aunque conserva lo que ha ganado. La siguiente toma su torno y continúa con el mismo procedimiento anterior, hasta tratar de recuperar todos los frijoles de su color. Si embargo, durante el juego, los micos (considerados como los jefes de los otros 12 frijoles) imponen las dos reglas siguientes: Primero, ninguna jugadora puede tener entre los frijoles de su color ningún mico ajeno, sino perderá el juego. Segundo, Si la dueña del mico ha podido sacarlo y retenerlo haciendo la chunga, puede apoderarse de un par de frijoles de su color. Pero, las jugadoras prefieren dejar su mico hasta el final del juego para dar a las otras más ocasiones de perder.
jueves, 12 de noviembre de 2009
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FELICITACIONES, ES UN JUEGO MUY DIVERTIDO, EN MI COMUNIDAD, SE JUEGA ESPECIALMENTE CON LOS LAYOS, LAS VAQUITAS LOS MILGOS, MUY POCO CON FRÉJOLES DE FORMA REDONDA, GENERALMENTE SE BUSCA FRÉJOLES PLANOS.
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